Estaba haciendo memoria de cuándo fue que di mi primera clase de Yoga. Fue hace unos diecisiete años, estaba saliendo con la que luego fue una de mis novias. Debo confesar que al recordar ese episodio me da una cierta nostalgia. Estaba en el proceso de enamorarla (que logré hacerlo) y como una de mis tácticas íbamos los domingos al un parque para hacer Yoga, ella y yo solamente. Fue mi primera alumna.
Para ese entonces no sabía tanto de cómo estructurar una clase, de posturas, pero sí tenía nociones de otras clases que había recibido, y de algunos estiramientos que hacía en danza o en teatro.
Qué me iba a imaginar en ese tiempo, en el que mi intención era enamorar a esta chica, que unos años después iba a dedicarme por completo al Yoga. Y si ella supiera de mí seguramente se sorprendería mucho que esté tan dedicado al Yoga como lo estoy ahora.